«¡Te saludo, llena de Gracia! El Señor está contigo” (Lc 1,28)
El Señor se manifiesta a María con una palabra de alegría: “Alégrate, danza, ¡exalta!”
Alégrate porque estoy contigo, porque el Salvador está aquí. La gracia es la permanente declaración de amor de Dios a María. El amor de Dios ha hecho de María su casa, consolada porque está habitada por Dios, rodeada de su presencia de misericordia.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre
Letanías
Puerta santa, ruega por nosotros
Obra del amor de rendentivo, ruega por nosotros
Mujer totalmente de Dios, ruega por nosotros.
Oremos
Señor Jesucristo, que, en tu inmenso amor, has querido que todo lo obtuviéramos por medio de tu Madre María, concede a nosotras que la veneramos con el nombre de Consolata, poder siempre gozar de su ayuda y protección. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Llamadas por el Espíritu Santo a participar del Carisma, don de Dios a Padre Fundador, ofrecemos la vida, para siempre a Cristo en la Misión ad gentes, o sea a los no cristianos, para el anuncio de salvación y consolación.