Segundo dia: La consolación, un don, su don a nosotros
“No temas, porque yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú eres mío (Is. 43,1)
El consolar no se trata simplemente de escuchar una palabra de confort, es un actuar bien, dar el bien, hacer al otro el bien, es acto de fidelidad y de comunión, de acogida, de presencia de amor. La consolación florece, acaricia el corazón, se funde en todo el ser. Aspira a ser contemplación más allá del dolor. Es luz que conforta y restaura, pacifica; es sombra que repara del sol ardiente.
Actividad bipolar de María a nosotros y de nosotros a María (Madre Nazarena)
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre
Letanías
Profundamente consolada, ruega por nosotros
Dócil al Espíritu, ruega por nosotros
Pobre entre los pobres, ruega por nosotros
Oremos
Señor Jesucristo, que, en tu inmenso amor,
has querido que todo lo obtuviéramos
por medio de tu Madre María,
concede a nosotras que la veneramos
con el nombre de Consolata,
poder siempre gozar de su ayuda y protección.
Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
BAJA EL TEXTO DE LA NOVENA:
